CELEBRAMOS SAN VALENTÍN CONECTANDO CON LA TIERRA
" Estar con los pies en
la Tierra”
El
proceso de enraizamiento es anclarse, ir descendiendo de la mente al corazón y
a nuestros sentimientos, desde ahí seguir bajando para centrarse en el vientre,
sintiendo el organismo que somos. Para sentir nuestro cuerpo, su peso, es
imprescindible su conexión con la Tierra, con su energía, este planeta que nos
sostiene y nos hace tener un lugar en el mundo.
Esta
conexión la experimentamos gracias a esa fuerza magnética del centro de la
Tierra que llamamos gravedad y que nos hace sentir nuestro peso. Nuestro cuerpo
se yergue en vertical desafiando la fuerza. De aquí surge la postura corporal
de equilibrio. Buena base, mantenerse en pie como pegados al suelo, bajando
nuestro centro de gravedad debajo del ombligo.
En
el asfalto es más difícil esta conexión al planeta. El centro de gravedad
óptimo de un cuerpo conectado a tierra está en el vientre pero no muchas
personas lo sienten. Esto nos lleva a una sobrecarga en la cabeza. La falta de
esta toma a tierra es la que nos produce
aceleración mental.
En contacto con La
Tierra, con la Realidad, con lo concreto
Bioenergéticamente
el “Enraizamiento” es el proceso que conexión energética con la Tierra. Lo que
entendemos con “estar con los `pies en la Tierra” en contacto con la REALIDAD,
en lo CONCRETO y con la parte INSTINTIVA. Lo contrario es “estar en las nubes”,
en pensamientos o fantasías.
Supone
descender el centro de gravedad hacia el bajo vientre fortaleciendo y desbloqueando
la tensión de las piernas y la pelvis. Como resultado nos da equilibrio físico,
psíquico y tranquilidad. Trabajamos esta conexión a través de danzas de Tierra,
sintiendo la parte baja del cuerpo, soltando la tensión de las piernas,
desbloqueando las tensiones de la pelvis y fortaleciendo otras cadenas de
músculos desde los muslos a los pies.
Conectando con el
Centro vital
Desarrollar
la conexión con esta zona del vientre o hara
nos permite sentirnos centrados,
sintiendo nuestro organismo, sin distraernos en pensamientos negativos o
innecesarios y cargados de energía. En este centro vital reside nuestra
sabiduría inconsciente, centro de vitalidad y alegría, que también es llamado
segundo cerebro. Es el encargado de digerir las emociones, además de los
alimentos.
Escuchar
las sensaciones del vientre nos pone en armonía con el fluir de la vida. Si
notas una sensación desagradable, el cuerpo nos avisa de que estamos pensando o
haciendo algo inútil o dañino, por ejemplo.
Conexión con la Vida
Biodanza
nos lleva a recuperar el vínculo con nuestro cuerpo, a través del movimiento,
con el Otro y con la Madre Naturaleza y el Cosmos. Hay la visión de la
Naturaleza como unidad orgánica, sagrada y viva, en la que existe una
interrelación simbiótica de todos los seres vivos y fenómenos naturales que lo
conforman. Esta toma de conciencia nos lleva al respeto a todo lo viviente,
sintiéndonos parte de ello. Biodanza nos lleva a recordar este vínculo afectivo
y trascendente, una verdadera relación de respeto y aprecio a la Vida. Y el
Universo entero sigue desplegándose incluso más allá de la Tierra
Info y reserva 699 64 21 22
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